jueves, 1 de enero de 2009

Función esfinteriana



Función esfinteriana, función esfinteriana, función esfinteriana...


Lo pienso, lo digo en voz alta, lo susurro... no funciona; no me río, no sonrío, no me hace ninguna gracia.


Lo digo delante del espejo y me entra miedo. ¿Y si nunca se me va esta sensación de pena? A día de hoy "función esfinteriana" nunca me había fallado.


Función esfinteriana...


Dios, éste debe de ser el principio del fin.


Pruebo con West Side Story, y también me falla... Ni Tony, ni María, ni los Sharks, ni los Jets, ni la trama Shakespeariana... Nada, sólo más pena, más que nada por Natalie Wood, que murió joven y ahogada. Lo que me faltaba.


Me explico:

Me he enamorado. Y me duele.

Creo que no es mi tipo, pero eso es irrelevante. Es un amor no correspondido, pero eso es más irrelevante si cabe.

Lo único relevante aquí es que me he enamorado de alguien de la tele. Y que me duele.

¿Función esfinteriana?...


Bueno, también me he enamorado de la tele en sí misma.


¡Función esfinteriana!...


Me explico más. Temporada uno. Veintidós episodios: cócteles multicolores, gimnasios divertidos, cuerpos perfectos, y más cócteles, y más cuerpos perfectos, cuartos oscuros, Cagney de "Cagney & Lacey", lofts impecables y pagados sin esfuerzo, madres chiripitifláuticas, mucha diversión y muy poco trabajo, ropa bonita y variada, discotecas surrealmente divertidas, confeti plateado, saunas increíblemente vaporosas, un retrovírico encantador, y drama, mucho drama.


Mézclalo todo, bebételo en 4 noches y a la quinta noche qué tienes: un agujero. Mi agujero. Que me duele.


F-u-n-c-i-ó-n - e-s-f-i-n-t-e-r-i-a-n-a -.-.-.


Lo quiero todo, desde el primer confeti hasta la última gota de vapor... pero sobre todo el drama. El drama me lo he creído, me ha llegado. Me ha parecido más drama que mi drama. Y quizás esto sea un drama, porque...


¿es normal sentirte tan vacío porque haya acabado una serie de televisión? ¿Porque no me queden más capítulos? ¿No es patético? ¿Tan poca cosa es mi vida? ¿Tan buena es la serie?


Pues por eso estoy en estado de shock; y también dolido, vacío, apenado, asqueado y de morros; y soporífero, viejo, gordo y, por encima de todo, patético. Pero me da igual. Quiero más. Quiero que no se acabe. Y no lo quiero en temporadas; lo quiero en abierto, en continuo, en Valencia sin que sea Valencia, en mi vida sin que sea mi vida, y lo quiero ya.

Función esfinteriana...

Ja.